Educar para la paz es construir un mundo de hermanos. La experiencia de las Escuelas de la Paz de Sant’Egidio

En un tiempo en el que todo se ve oscuro, cuando la crisis económica y la guerra llena de incertidumbre a muchas personas, los niños y niñas de las Escuelas de la Paz de Sant’Egidio se atreven a poner color a la vida. Pintan paisajes con la naturaleza en su máximo esplendor, dibujan a personas de diferentes lugares, colores de piel y cabellos. Les imaginan con ropajes diversos en un mundo donde todos tienen cabida y donde todos somos hermanos. Y si los niños/as imaginan un mundo así ¿por qué no podemos soñar también los jóvenes y los adultos y trabajar para que sea una realidad?

Son niños/as de las Escuelas de la Paz de Lavapiés, Malasaña y Pan Bendito (Carabanchel), barrios donde muchas familias están sintiendo la crisis en primera persona. Barrios de migrantes que no hablan el idioma y difícilmente pueden ayudar a sus hijos con los deberes escolares, o familias gitanas que dependen de la economía informal y la venta ambulante, tan afectada por la crisis económica. En estos barrios, las Escuelas de la Paz son un gran regalo para los niños y sus familias. Lo son también para los «Jóvenes por la Paz» que comparten su tiempo y amistad y a su vez aprenden una lección que transforma: la responsbilidad hacia los más pequeños.

Cuando se educa para la paz, la conviviencia y la responsabilidad con los más vulnerables, estos niños y jóvenes están construyendo ese mundo que pintan en sus dibujos: comunidades de «Hermanos Todos» en las que ellos/as protagonizan la construcción de una ciudad más acogedora, más integradora y más humana.

No solo se trata de apoyo escolar para hacer los deberes, ni de pasar un rato pintando, jugando o cantando. En realidad, se trata de «educar para la paz», educar para no tener miedo de los demás, educar para vivir juntos, en un tiempo de tanta crispación, de tanta división y de normalización de la violencia. Se trata también de educar en la esperanza, de que aún las situaciones más difíciles pueden mejorar.

Es una escuela para aprender la convivencia, una de las asignaturas más importantes en un mundo como el que vivimos hoy

Tíscar Espigares, responsable de la Comunidad de Sant’Egidio

Las Escuelas de la Paz de Sant’Egidio están presentes en muchas ciudades de los 5 continentes y en muchos lugares «de dolor» como los campos de refugiados de Lesbos o Líbano. En Madrid, la primera Escuela de la Paz empezó en 1988 en el barrio de Pan Bendito, le siguió la Escuela de la Paz de Lavapiés y la de Malasaña en la Iglesia Ntra. Señora de las Maravillas. Muy pronto, la Escuela de la Paz de Maravillas estrenará nueva sede con un espacio amplio en la Casa Fratelli Tutti, inaugurada a principios de junio.

¿Quieres ser parte de este sueño de sembrar semillas de paz y convivencia? Aquí puedes hacerte padrino/madrina de la Casa de la Cultura y la Solidaridad de Sant’Egidio para que crezca la Escuela de la Paz en nuestra ciudad.

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Conoce más sobre las Escuelas de la Paz y los Jóvenes por la Paz en este video:

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