En una abarrotada Iglesia Nuestra Señora de las Maravillas, recordamos a los migrantes y refugiados que han muerto el último año en busca de un puerto seguro en Europa. Coincidiendo con la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado, la eucaristía «Morir de Esperanza» estuvo presidida por el arzobispo de Madrid, José Cobo.
Abandonar el país por causa de la guerra, la persecución política, la violencia, la pobreza o los desastres naturales es una migración forzada, una huida de la muerte y no un capricho. «Es como el que huye de su casa cuando hay un incendio, aseguró la responsable de la Comunidad de Sant’Egidio, Tíscar Espigares durante el encuentro con motivo de la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado, a celebrarse este Domingo 24 de septiembre.
Coincidiendo con la 109ª Jornada Mundial del Migrante y Refugiado (JMMR), se realizará la liturgia «Morir de Esperanza» en la que cada año la Comunidad de Sant’Egidio recuerda con nombre propio a las personas que mueren en busca de una vida mejor en Europa. La Eucaristía estará presidida por el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo.
Con nuestros amigos musulmanes celebramos el fin del curso académico y la Fiesta del Cordero, una de las más importantes del Islam. Los alumnos agradecieron la amistad y acompañamiento a lo largo de este curso.
En entrevista con el Programa Ecclesia de Trece TV , la responsable de la Comunidad de Sant’Egidio en Madrid, Tíscar Espigares revela que los Corredores Humanitarios han traído de forma segura a Europa a más de 6.200 personas que se han integrado en los países de acogida.
Una familia de refugiados sirios que han podido llegar a Europa de forma segura gracias a los Corredores Humanitarios, aterrizó en Madrid camino al Principado de Andorra, donde empezarán una nueva vida gracias a la tutela del gobierno de este país y la generosidad de la sociedad civil.
