La Comunidad de SantEgidio reza por la paz en Kivu

El pasado miércoles se celebró en la catedral de Bukavu, Notre Dame de la Paix, una oración por la paz en la que participaron los jóvenes de la ciudad.

Durante la oración resonaron las palabras del Señor Jesús en el discurso de la montaña: «Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos poseerán la tierra en herencia».

Fue una ocasión para recordar que muchos conflictos nacen de la obsesión de los grupos étnicos y de las tribus de «poseer la tierra» expulsando a los demás, los que no son como nosotros. El Evangelio nos enseña que la única manera de poseer una tierra es trabajar por la paz, y eso solo es posible con la no violencia, como pide Jesús: «Habéis oído que se dijo a los antepasados: No matarás; y aquel que mate será reo ante el tribunal. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano imbécil, será reo ante el Sanedrín; y el que le llame renegado, será reo de la gehenna de fuego. Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que tu hermano  tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda.»

La oración fue un momento de reconciliación en el que participaron jóvenes de etnia Banyamulenge y de los otros grupos étnicos de la ciudad.

Encendimos velas para recordar a las víctimas de estos días, los heridos y los numerosos lugares del mundo que están en guerra.

Al final de la oración, Eric, un joven estudiante de medicina Munyamulenge dio las gracias a la Comunidad porque la oración rompió el miedo y el síndrome de acoso que están viviendo los Banyamulenge en la ciudad en estas últimas semanas. Explicó que él mismo fue agredido por la calle a causa de su acento, y que algunas mujeres ancianas que lo conocían lo defendieron. A continuación hizo un llamamiento para que se respeten los lugares de culto: son –dijo– la casa de Dios y no de nuestras etnias.

Después de Eric, también Angelique, de la Comunidad, habló y explicó la visita que habían hecho al hospital para visitar a los heridos (más de 40). Todos estuvieron muy contentos de saber que hacíamos la oración, porque es la única esperanza para devolver la paz al país.

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