«Contigo se prepara el futuro, y el futuro empieza hoy». Carta del cardenal Matteo Zuppi a la Escuela

Miles de estudiantes inician un nuevo curso escolar, después de duros meses de confinamiento, que han agravado las desigualdades educativas de muchos niños, niñas y adolescentes más desfavorecidos. Un curso escolar marcado por la pandemia COVID19, que genera muchas dudas sobre su normal desenvolvimiento, pero que a la vez representa la esperanza de la escuela como lugar de aprendizaje y un entorno de seguridad y amistad.

El cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia y titular de la Iglesia de Sant’Egidio dirige esta carta abierta a estudiantes, profesores, maestros, padres y a todo el personal de las escuelas, invitando a mirar al futuro, aprovechar el tiempo de la escuela y a «encontrar el bien en cada uno».

Compartimos el texto íntegro de la carta a continuación:

Queridísima Escuela:

He pensado escribirle una carta porque me es muy querida y estoy muy preocupado por usted. La he echado mucho de menos en estos meses. Nos lleva a todos en su corazón, pequeños y grandes. Usted es una señora siempre joven que tiene la sabiduría de los ancianos, y no se cansa nunca.

Es muy hermosa, siempre llena de sorpresas y de cosas nuevas. Con usted todos se sienten como en casa, incluso quien tiene más dificultad que los demás, quien viene de lejos y a veces se le mira mal o con desprecio. Acoge a todos, tiene esperanzas para cada persona, y llega a descubrir las capacidades ocultas en cada uno. La respeto mucho. Y como en la escuela me siento como en casa, si me lo permite la tutearé.

Querría decirte, querida amiga, que me preocupo mucho por ti. Siento que todos debemos tratarte bien, no como a una extraña. Aunque es cierto que tienes muchos recursos, sé que si alguien te hace daño sufres mucho, porque vives para todos los que acoges. A ti te importan todos. Estás llena de vida y ayudas a cada uno a vivir bien, a respetarse, a conocerse, a construir la casa común donde vivimos. ¡Eres tan importante! Por eso precisamente quería decirte, al comienzo de este nuevo año: ¡gracias! Y gracias también a todos los que te quieren y te “hacen hermosa” con su compromiso y su trabajo, a los que se dejan la piel por ti.

¡Qué situación tan difícil hemos vivido y estamos afrontando! ¡Quién se lo habría podido imaginar! ¡Cuántas costumbres ha hecho cambiar a todos, y también cuántas cosas verdaderas hemos aprendido! Debemos seguir estando atentos, tener paciencia y prudencia (¡dos virtudes que a menudo hemos considerado poco pero que son tan importantes!), y respetar las reglas para no poner en peligro a nadie.

Los primeros días en que hubo que quedarse en casa a causa de la pandemia, algunos se pusieron muy contentos: parecían unas vacaciones prolongadas. En realidad, es una pena no poderte ver en persona. ¡Cuánto esfuerzo les ha costado a los maestros y profesores hacer sentirse como en la escuela a todos los niños que estaban en casa! ¡Sentirse cercanos a pesar de la distancia!

En los días de la pandemia he visto lo fácil que es sentirse mal. Querría recordar a los que han sufrido, y no quiero que nadie vuelva a ser sacado de su casa y de su familia, como le ha sucedido a muchos abuelos que ya no han vuelto, y que ni siquiera han podido despedirse de sus seres queridos. Me entristece mucho pensar en ello.

Cuanto más incierto es el presente más debemos mirar el futuro y no perder tiempo con lo que nos hace daño, como la droga, que vuelve a las personas esclavas en lugar de dueñas de sí mismas. Como tratar mal y sin respeto a la gente. Como burlarse de alguien y no pedir disculpas. ¡O como levantar las manos! Tú nos enseñas a usar la cabeza, a conocer los problemas, a entenderlos, a razonar y a respetar a todos.

¡Contigo se prepara el futuro, y el futuro empieza hoy! El virus parece volverlo todo feo y peligroso. Tú en cambio nos enseñas a conocer el mundo y a hacerlo mejor. Todos podemos hacer algo. Quiero que sea un futuro hermoso: para navegar los marineros miran a la estrella polar y así encuentran el puerto al que se dirigen. Estoy seguro que todos encontrarán en tus aulas la estrella que les ayudará a navegar. El mundo necesita hombres que se preparen para ayudar a los demás en la profesión que elijan, que tratarán de ejercer lo mejor posible sea cual sea. Y todas las profesiones son importantes y buenas cuando sirven para que todos vivamos mejor juntos.

Siento que hoy somos más fuertes porque la experiencia de los últimos meses nos ha hecho entender que la vida es frágil pero siempre hermosa. Querría que la mochila de todos llevara mucha voluntad y mucha esperanza, y sé que tú las harás crecer dentro.

Pido a Dios que te bendiga. Sí, bendita seas porque buscas siempre el bien de cada uno, y sabes que en cada persona hay un pedazo de bien. Dios te bendice porque Él quiere que el Hombre sea verdaderamente hombre, y mandó a Jesús para enseñarnos la asignatura más importante de todas, y que nos hace grandes de verdad: amar. ¡Bendita seas, escuela, gracias! Y espero que nos veamos pronto porque tenemos muchas cosas que decirnos. ¡Nos vemos el lunes!

Con toda mi amistad,

Matteo

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