Camino hacia la Pascua de Resurrección con los Jóvenes por la Paz en Madrid

En momentos en que la guerra deja imágenes de barbarie y horror, tanto en Ucrania como en tantísimos países del mundo, es cuando más debemos «cuidar la paz», desde nuestras ciudades y comunidades y con las pequeñas grandes cosas de cada día. Así lo han entendido los Jóvenes por la Paz de Madrid, que compartieron este fin de semana momentos de reflexión y encuentro a las puertas de la Semana Santa.

Un grupo de jóvenes que participan activamente en las Escuelas de la Paz con los niños de Pan Bendito, Lavapiés y Maravillas, escucharon el testimonio de Olya Makar, de la Comunidad de Sant’Egidio en Kiev, quien también hacía el servicio en la Escuela de la Paz, hasta que la guerra le obligó a dejar su casa y a su esposo.

«En el mundo de hoy, nadie está a salvo de la guerra. Ayer nosotros ayudábamos a los pobres, hoy somos nosotros quienes necesitamos ayuda».

Aún en medio de la guerra, los miembros de la Comunidad de Sant’Egidio en Kiev continuaban como podían los servicios a los más vulnerables, por lo que Olya invitaba a ayudar a los demás siempre, porque «podemos perder todo lo material, pero hacer el bien es algo que nadie nos puede quitar».

Después de un tiempo de reflexión personal, los jóvenes pusieron en común sus ideas. El encuentro concluyó con un Via Crucis que nos acerca y nos solidariza con las muchas cruces que hay en nuestro mundo hoy.

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