Sant’Egidio y los cristianos en Irak: una historia de fraternidad, que hoy continúa a través de la oración y la ayuda

La Comunidad de Sant’Egidio sigue desde hace tiempo la situación de los cristianos en Irak. Las primeras relaciones con las Iglesias presentes en Irak, y también con los líderes musulmanes sunitas y chiítas, se remontan a los años ochenta,

cuando la Comunidad ayudó a unas diez mil personas –cristianos y no cristianos– que huían de la dictadura de Sadam Husein a refugiarse en la zona mediooriental o en Occidente. Han sido muchas las iniciativas de solidaridad y de ayuda a los refugiados de las numerosas guerras que desde hace tiempo bañan en sangre aquella región, con una particular atención hacia los cristianos, para los que ha llevado a cabo proyectos sociales, especialmente a favor de los ancianos, en Bagdad y en otros lugares, tras la caída de Sadam.

Con el paso de los años, la Comunidad de Roma ha acogido para la oración y para el servicio a los pobres numerosos estudiantes caldeos iraquíes. Entre ellos, el padre Ragheed Ganni,asesinado en Mosul el 3 de junio de 2007 junto a tres subdiáconos, que durante un tiempo ayudó en el comedor de Trastevere. Una estola suya hoy se custodia en Roma, en la basílica de San Bartolomeo, dedicada a los nuevos mártires. En noviembre de 2007 la Comunidad recibió en Roma al entonces obispo caldeo de Mosul,mons. Paulos Faraj Raho, para proyectar con él un futuro para los cristianos de aquella región. Algunos meses más tarde, en marzo de 2008, el obispo fue secuestrado y murió durante su encarcelamiento. Poco antes de ser secuestrado, había dejado dicho a un sacerdote suyo que, si le ocurriera algo, quería que Sant’Egidio conservara algo de su memoria. Su túnica se conserva en S. Bartolomeo.
En 2010, a petición del obispo siro-católico de Mosul, George Casmoussa, secuestrado pocos meses antes por un grupo fundamentalista y luego liberado, la Comunidad celebró en Roma encuentros entre varios líderes políticos cristianos iraquíes. La intención de los coloquios, que se celebraron en Sant’Egidio en 2011 y en 2012, era facilitar el diálogo para dar más fuerza a la voz de los cristianos en Irak. Un resultado de aquellos encuentros fue el acuerdo sobre los nombres de los candidatos cristianos a las elecciones de 2013. Los encuentros también tuvieron el efecto de ayudar a los líderes políticos cristianos, con pocas relaciones a nivel internacional, a establecer contactos con Italia, con otros países europeos y con la Unión Europea.
A partir de aquellos años, la Comunidad dedicó una especial atención a la provincia de Nínive, la segunda más grande de Irak, con la mayor presencia de cristianos de todo el país. A petición de algunos líderes cristianos un niño musulmán con leucemia y su familia fueron acogidos en Roma un bambino musulmano affetto da leucemia con la sua famiglia. En Irak muchas veces no es posible recibir la atención sanitaria necesaria. En mayo de 2014 Sant’Egidio invitó a Roma al presidente recién elegido del Consejo provincial de Nínive, Bashar Al-Kiki y al único diputado cristiano del Consejo, Anwar Hadaya, para apoyar su proyecto de desarrollo económico y social de la provincia de Nínive, que respetaba todas las minorías y que prestaba una atención especial al futuro de los cristianos. Durante la visita se establecieron contactos con Italia y con otras instituciones europeas e internacionales. De ese modo se quiso apoyar la voluntad de la provincia de Nínive de establecer relaciones internacionales para crear relaciones económicas y políticas de promoción del desarrollo en la provincia.
La Comunidad de Sant’Egidio ha puesto en contacto en las últimas semanas al presidente Bashar y al diputado Hadaya con los representantes italianos en Erbil. De ese modo Italia ha podido enviar carburante para usos civiles en la llanura de Nínive. La toma de Mosul en junio de este año había dejado sin corriente eléctrica ni agua a la llanura de Nínive, donde están Karakosh y otras localidades cristianas. También se puso en marcha un proyecto de suministro de medicamentos al hospital general de Karakosh y a los centros sanitarios de la llanura de Nínive, en colaboración con el Gobierno italiano. Hace dos semanas la Comunidad envió a una misión a Erbil y a Karakosh como signo de proximidad y de solidaridad a las Iglesias y a la población cristiana de la llanura de Nínive y del Curdistán. Durante la visita se identificaron conjuntamente con los obispos locales modos concretos para ayudar a los cristianos de la llanura. Durante la misión se llevaron a cabo encuentros con el primer ministro, el ministro de Exteriores y otros ministros y autoridades de la región autónoma de Curdistán, con el objetivo de favorecer la acogida de los cristianos y garantizar su futuro. El encuentro con Khairy Bozani, Director General de los yazidíes, que participó en dos ocasiones en la Oración por la Paz de la Comunidad, fue un signo de proximidad a otra minoría religiosa que hoy sufre persecución. La dramática evolución de la situación pone en el orden del día otras prioridades, sobre todo la de los numerosos cristianos que han huido de la llanura de Nínive y se refugian en Curdistán y que se suman a los refugiados de Mosul, y a los casi 250.000 refugiados sirios. Muchas familias viven por la calle y lo han perdido todo en su huida. Junto a los representantes de la provincia de Nínive, también con el apoyo del Gobierno italiano, en los próximos días se repartirán alimentos, agua, colchones, tiendas, pañales, leche en polvo infantil y medicamentos de primera necesidad.

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